lunes, 26 de mayo de 2008

José de San Martín

Dijo San Martín: "Seamos libres, lo demás no importa nada". Hay personajes históricos que no caben en los libros y que se salen de ellos para aparecer en el presente de los pueblos cuando estos avanzan en el camino de su emancipación. El general José de San Martín es uno de ellos.
La historia oficial se complace en colocar a San Martín junto a "próceres" como Mitre, Rivadavia o Sarmiento, congelando en el bronce toda diferenciación. Ello es así pues las clases dominantes conocen la importancia de la lucha por los símbolos y nunca han dejado de entender que lo que hoy es historia ayer fue política. Saben que un pueblo que conoce el significado de su propia historia no camina a tientas a la hora de buscar ser dueño de su propio destino

A San Martín le reservaron el inmaculado trono de "Padre de la Patria" que desdibuja sus ideas y su acción detrás del mito escolar construído en el despojo de su relación con la política de la época.
Así, se olvida que a poco tiempo de su llegada al Río de la Plata participa activamente de una asonada político-militar que depone al gobierno de la burguesía comercial porteña digitado por Rivadavia. También se ocultan sus tratos y simpatía por los caudillos federales como Artigas y Francisco Ramirez. Esta visión de los actores políticos y sus intereses junto a su clara interpretación de la revolución como un hecho continental, hacen que anteponga la lucha contra el enemigo principal (el agresor extranjero) a los reclamos de las autoridades de Bs. As. para participar con su ejército en la represión a las montoneras del interior. San Martín comprendió cabalmente que la independencia de su país estaba atada a la de los demás países del continente, no por nada se declaraba miembro del "partido americano". Su visión de nuestra América, al igual que la de grandes figuras como Bolivar, O´Higgins, Sucre o Artigas, era la de una sola Nación balcanizada que era necesario volver a confederar. En cada uno de los nacientes países se alzaba este pensamiento de la América unida frente a las potencias colonialistas de la época.

Tampoco tiene lugar en los discursos para la efeméride el San Martín que llevando a la práctica su visión estratégica, desde la nada se empeña en construir, ante la falta de apoyo y muchas veces la hostilidad de los sectores dominantes, la herramienta para hacer realidad su plan continental de asegurar la emancipación. Organizó el Ejército de los Andes basándose en la planificación e intervención estatal en la economía y la participación popular de los pueblos del interior, porque no sólo fue un genial estratega militar sino también un gran organizador que conocía el espíritu de Independencia y rebeldía que anidaba en sus compatriotas.

Hoy cuando los argentinos volvemos a ponernos de pie, Don José se sale de la vaina para señalar que aún a riesgo de "andar en pelota, como nuestros hermanos los indios" lo único que importa es ser libres. Porque en cada generación existen esos "hombre de coraje" de los que él hablaba, capaces de llevar adelante la gran empresa de luchar para que la patria sea libre.

Y allí estan sus ideas y su acción: anteponer la lucha contra el enemigo principal, el destino común latinoamericano y la necesidad de construir la herramienta para la liberación sintetizando el protagonismo popular con la utilización de las palancas del Estado, para continuar el camino.
Porque apropiándonos para el general San Martín las palabras que dijera Fidel Castro en honor a Bolivar: "El que tenga Patria que la defienda y el que no la tenga que la conquiste" pues ese es el mejor homenaje a su figura.

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