sábado, 5 de abril de 2008

Cuento: Experimento abominable

A usted me dirijo, profesor.
Quiero empezar por aclararle que me desagradó el tono confianzudo y agresivo de su “Experimento literario”, trabajo práctico inspirador para que construyamos un relato.
Siempre nos hemos tratado de usted con mucho respeto. Por lo que no comprendo el inicio de su nota: “Atendé bien lo que voy a decir… Si, a vos te hablo, ¿a quién otro si no?”. ¿Desde cuándo el tuteo? Y sigue así como perdonavidas, tratándonos de ridículos y tramposos.
Apoyar y presionar el dedo sobre su hoja, como sugiere, para que penetre en el papel es un absurdo, si es que lo dice en serio. Continuar empujando para que la mano se vaya enterrando en un barro inmundo es abominable. O pretende que actuemos como Alicia a través del espejo. ¿Con qué nos encontraremos del otro lado: un viaje al futuro, un mundo paralelo, un regreso al pasado? ¿Y cómo volveremos? Todo esto me parece producto de una mente febril o una tomadura de pelo y me ofende. Si alguna vez hubo entre nosotros, implícito, un contrato didáctico, acaba de finalizar. Como dice en su hoja: “¿Está de acuerdo?” (…)

Sin embargo quiero probar, por absurdo que parezca. Apoyo mi dedo índice donde dice ACÁ. Por unos segundos no experimento nada y me siento como un boludo. De a poco me invade un cosquilleo que va subiendo por mi brazo. Y bruscamente mi mano empieza a atravesar el papel. Siento un tirón y algo (o alguien) me agarra de la muñeca desde el reverso de la hoja y tira. Horrorizado caigo hacia atrás y saco el brazo cubierto por una sustancia viscosa y maloliente. ¡El profesor tenía razón…! Me tranquilizo, mi parte racional toma el control aunque aún huelo desagradable. ¡No puede ser, es una alucinación! La hoja, a mis pies, permanece intacta en el suelo y no me animo a levantarla.
¿Qué ha pasado? ¿Hipnotismo, macumba, brujería, un pacto diabólico?

Si esta situación se aclara y existe la posibilidad remota de continuar con las clases tendrá que tener preparada una buena explicación y una disculpa. Y no sólo a mí, sino a todas las tiernas compañeras de curso que se han sentido tan perturbadas por lo que insinúa el experimento.
Bueno, a partir de ahora es su decisión…

Guillermo Gerardi

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola, Guillermo: gracias por la visita y el comentario a mi blog. El tuyo me ha fascinado, de modo que volveré a leer más despacio.
Un saludo muy cordial
Hannah

Anónimo dijo...

Gracias Hanna: Empecé a escribir cuentos el año pasado. Me fascina. Tengo algunos más que publicaré pronto.
Si entras en Google con "Haikus+Borges" encontrarás varios de este escritor argentino.
Con afecto, Guillermo.